Los peces no viven en aguas  demasiado  limpias

Kirjoittanut Otso Kantokorpi

De pequeña, Eeva Tervala quería ser caballo y madre. También quería volar, pero no con la orgullosa seguridad del águila sino como la mariposa que, con sus insignificantes alas, vuela decenas de miles de kilómetros. ¿Se necesita en el arte algo más? En este deseo infantil se hallan ya los cuatro conceptos que ella misma nombra ahora: ”El espacio, el tiempo, la fuerza y la fluidez.” La inconsciente belleza y la gracia  del caballo, la fuerza de sus vibrantes músculos, la línea de su movimiento pero también el que huela a caballo. La maternidad: el nacimiento, la muerte y la interminable continuidad cíclica de la naturaleza. El hecho de que nada se pare. La belleza en medio del dolor, del sudor, de la sangre y del grito. La fuerza de la vida, la fuerza de la continuidad y la fé en ellas, que exige a su vez su propia fuerza. Cuando la mujer dibuja es tan fácil caer en la trampa del cliché y hablar de sensibilidad y de belleza. Pero el objeto de Tervala no está en lo que es solamente dulce y gracioso: ”Si el agua es demasiado limpia, allí no viven los peces.” Tervala rompe la belleza, hace agujeros y elimina el adorno, rascándolo. Se arriesga con la imagen. Es el riesgo que producen el agujero, la suciedad, el vacío, el peligro. Vive en constante interacción con la naturaleza, hasta maniáticamente a veces, pero la mera ilustración no es suficiente para ella. En su trabajo están implicados el choque y la  contradicción.

La historia de la naturaleza es también la historia de la cultura: ”Hasta Napoleón se volvió de Rusia por el frío del demonio que allí hacía.” El enfoque de la belleza y la crueldad es siempre dualista. Cuando Tervala elige como objeto la araña, se nos ofrece tanto el punto de vista del cazador como el de la víctima. Al espectador le resulta fácil identificarse con la víctima, pero además existe la visión del observador. Y junto a ello la información, el conocimiento de estas cosas casi increibles de alas de mariposa y telas de araña. ”La araña ha vivido en nuestro planeta más de 300 millones de años. Una especie que no tiene ni aparato digestivo ni mandíbulas. Estas cosas obsesionan.” Pero como dije antes, aquí no se trata de ilustración. ”La acuarela pura, aunque hábil, no es más que una herramienta. La acuarela y el dibujo son como palabras. Existen palabras tremendamente bellas, pero deben poder ser situadas en algún contexto racional, estructural.” Tanto en las palabras como en la imagen, lo orgánico y lo constructivo, la naturaleza y la cultura se hallan en constante diálogo. El buen arte es siempre a la vez ”enigma y método”.

Las cosas tienen su estructura, su causalidad, su razón de ser. Nunca hay un solo ángulo de observación:  ”La tela de araña es tanto una trampa como una necesidad vital”. Pero el arte es de todas formas arte y ”La imagen debe funcionar como imagen.” También en la forma hay siempre espacio, tiempo, fuerza y fluidez. El movimiento y el ritmo del movimiento. Tervala dibuja tanto de memoria como a través de la percepción. Es también pedagoga de danza, tema que ha dibujado siempre. En el dibujo de la danza la utilización del espacio y el movimiento así como la transitoriedad crean una línea de gran tensión entre la percepción y la memoria. ¿Dónde y cuándo la percepción termina y empieza la memoria?  ¿Qué es la memoria manual del dibujante, la memoria corporal del danzador y su sabiduría? El movimiento fluye como el agua en la acuarela. ”La presencia del agua, la rapidez, la inmediatez”  preceden al secado, al silencio, al nacimiento de la huella de la memoria. Entre las artes plásticas, la escultura se halla muy próxima al interés de Tervala. Incluso inmóvil la escultura organiza el espacio. En la escultura y en la danza el espacio y el tiempo se unen: ”Lo que queda atrás y lo que hay delante… un poco como el tiempo.” Precísamente el espacio es lo que fascina y cautiva a Tervala que ha tenido una clara tendencia a ’alejarse de la pared’. ”Es la experiencia del movimiento lo que origina esta tendencia. Cuando veo un espacio vacío me siento feliz. La fluidez de la obra, cómo domina el espacio. Este tipo de energía me interesa.” El artista puede intentar cambiar el mundo, puede igualmente ofrecer nuevos ángulos de visión, puede intentar mostrar lo que no  se ve, pero Tervala nos recuerda además la necesidad de  ”comprender los buenos momentos”. Su objeto es también la fatalidad y la fuerza de los grandes elementos,  ”adaptarse a lo inevitable y permanecer lo bastante fuerte.” ¿Cuál podría ser el tema fundamental de Tervala? ¿Podría ser ”la idea de, qué quedaría si todo estuviera en peligro”?

Otso Kantokorpi